Tecnología y Educación Superior
Educación Superior de los docentes.
Concepción de la misión formativa de la universidad.
¿Qué
sentidos denota y connota el término “formación”?
El concepto de “formación” implica una acción profunda
ejercida sobre el sujeto, tendiente a la transformación de todo su ser, que
apunta simultáneamente sobre el saber-hacer, el saber-convivir y el saber
pensar, ocupando una posición intermedia entre educación e instrucción.
Concierne a la relación del saber con la práctica y toma en cuenta la
transformación de las representaciones e identificaciones en el sujeto que se
forma en los planos cognoscitivos, afectivos y sociales orientando el proceso
mediante una lógica de estructuración, no de acumulación.
Es desde este concepto de formación que se continúa el
análisis, y para ello es necesario significar el término “prácticas de
formación”.
Está ligada a dos mundos conocimiento y a
la formación con ampliación de conocimientos disponibles para potenciarlos
para el desafió.
Según E. L. Achilli la formación docente
puede comprenderse como un proceso en el que se articulan prácticas de
enseñanza y de aprendizaje orientadas a la configuración de sujetos docentes/enseñantes.
La práctica docente se concibe en un doble sentido: como práctica de enseñanza,
propia de cualquier proceso formativo y como apropiación del oficio de docente,
cómo iniciarse, perfeccionarse y/o actualizarse en la práctica de enseñar.
La formación de formadores debe procurar la formación
de sujetos competentes, contribuyendo a la construcción de la mirada del sujeto
enseñante, como concepto fundante en la constitución del oficio de docente como
punto de partida de la construcción de la realidad. El punto de vista desde el
cual el docente entiende la educación y su entorno problemático debe ser
orientada desde las aulas, y es determinante en la prácticas de
los docentes.
Paradigma de la enseñanza del
docente en la educación superior.
Vocación
no sólo de enseñar sino también de educar con una visión a largo plazo con
valor agregado, no solamente con miras a la adaptación al mercado de trabajo a
corto plazo sino en una educación de la calidad a lo largo de toda la vida.
La
formación no debe orientarse a la mera acumulación de conocimientos, sino a la
adquisición de competencias entre las que se pueden mencionar:
o Centrado sobre el aprendizaje.
o Capacidad de promover
autoaprendizaje en el alumno.
o Orientado hacia la adquisición de
competencias.
o Preocupación por los resultados.
o Cambio de rol del profesor por
enfoques.
o Formación en valores.
Según E. Díaz la formación
docente es más que una sumatoria de conocimientos adquirida por el alumno ya
que estructura representaciones, identificaciones, métodos y actitudes e
impacta en el sujeto en formación en el plano cognoscitivo, y en lo
socio-afectivo, conformando cambios cualitativos más o menos profundos.
Los docentes y las TIC
Los
avances en el desarrollo de las TIC continúan impactando las actividades que la
sociedad en su conjunto realiza, dentro de las cuales el sector educativo
experimenta uno de los más notables cambios y exigencias de una sociedad de
estudiantes nativos digitales , emigrantes digitales y una todavía lamentable
fronterización digital en los docentes. En la actualidad, existen evidencias de
que aquéllas tienen las bases de la
educación a partir de esquemas organizacionales bien definidos y bases
pedagógicas adecuadas a las demandas de aprendizaje de los jóvenes.
El
profesor se convertirá en un guía del alumno ,el aprendizaje será personalizado
,permanente y más caro. Primarán las habilidades frente al saber académico:
Internet será la principal fuente y el inglés ,la lengua mayoritaria.
WISE ha presentado un informe y una infografía sobre cómo será la educación del futuro, concretamente en 2030. Dicho informe se realizó a partir de una encuesta donde han participado 645 expertos internacionales. Nada que objetar al informe, incluso hay muchas cosas de las que dice el informe que, hoy en día, se realizan de forma puntual por parte del profesorado de algún centro de formación.
Según
Cela 2004 “el debate sobre la integración de las TIC en el contexto escolar ya
no debe estar centrado en la necesidad o no de hacer uso de las TIC en la
escuela. El debate debe centrarse más bien en la manera de integrar las TIC a
la pedagogía” (2011, p. 58). Cela (2004) propone tres ejes de incorporación de
las TIC en las universidades, cada uno de los cuales ha generado cambios en
mayor o menor nivel al interior de las instituciones educativas:
o Las TIC como acreditación, al
aportar elementos para la ubicación dentro del panorama universitario y marcar
la velocidad de crecimiento y su grado de innovación.
o Las TIC como generadoras del cambio
en lo estructural y lo funcional.
o Las TIC como activador de procesos,
al incorporar las TIC a la docencia y orillar a replantearse la práctica
docente (pp. 115 y 116).
Al
respecto, Martínez y Prendes (2004) expresan la existencia de ciertas
consecuencias metodológicas que afectan la docencia universitaria al intentar
potenciar el aprendizaje a través de la tecnología y para lo cual el alumno
debe:
o Desarrollar habilidades en la
búsqueda de la información.
o Desarrollar su capacidad para
valorar la información.
o Desarrollar su capacidad para
interpretar y estructurar la información.
o Salir preparado para seguir
formándose de modo continuado toda su vida.
Si
bien estas tres áreas de conocimiento han sido tomadas en cuenta en los
programas de formación docente, el proceso formativo no ha sido fácil ni para
los docentes ni para las instituciones educativas. Algunos investigadores
(Bates, Duart y cols., Becker, Zhao y Franck, Perrenoud, Kahn y López, entre
otros) han identificado los problemas que se presentan con mayor frecuencia en
la relación institución, docentes, TIC, entre los cuales se pueden citar los
siguientes:
o Ausencia de políticas
institucionales que orienten el uso adecuado de las TIC en los diferentes
espacios: académicos, administrativos, normativos.
o Falta de tiempo para la formación y
actualización en el uso de las TIC, así como contenidos afines para lograr su
integración adecuada; los docentes expresan una permanente saturación de
labores, lo que les impide incorporar nuevos proyectos.
o Resistencia al cambio generada por
la desconfianza en las posibilidades de la tecnología para elevar la calidad
educativa, sobre todo en lo referente al desplazamiento de la centralidad del
docente hacia el alumno. En este sentido, falta comprensión en cuanto a los
conceptos de aprendizaje autogestivo, constructivismo y aprendizaje
significativo, ya que en todos ellos el docente es fundamental para el logro de
los objetivos de aprendizaje.
o Poca visión para integrar la
tecnología en el aula; carencia de estrategias de enseñanza, derivada de los
pocos proyectos integrales de formación que puedan ofrecer alternativas de
aplicación adecuadas y pertinentes.
Gráfica
de las características del docente Universitario, según el Modelo MACTIC.
La
incorporación de las tecnologías de comunicación e información a la formación
docente es un imperativo tanto para su propia formación como para el
aprendizaje de sus alumnos. No sólo implica apoyar a que los docentes conozcan
y manejen equipos tecnológicos. Hace falta, sobre todo, contribuir a una
reflexión acerca de su impacto en el aprendizaje, su uso adecuado,
potencialidades y límites. A esta altura del debate educativo, hay certeza de
que ni las tecnologías son la panacea para los problemas de las escuelas, ni la
educación puede seguir de espaldas a los cambios que ocurren a su alrededor
(2005, p. 9).
La
UNESCO aporta elementos importantes y enumera los principios básicos dictados
por la Sociedad para la Tecnología de la Información y la Formación Docente
(SITE, por sus siglas en inglés), los cuales intentan que el desarrollo
tecnológico de los docentes resulte efectivo a partir de las siguientes
afirmaciones:
o Debe integrarse la tecnología
(Plataformas educativas Moodle, Blackboard, , wiki, videoconferencias ,
Podcast, blogs, redes sociales , foros de debates, el chat fuera del aula) todo el programa de formación docente que
exige integrarlas y usarla.
o La tecnología debe integrarse
dentro de un contexto aunque resulte cómodo para algunos docentes por no
complicarse obviarlas.
o Los futuros docentes deben formarse
y experimentar dentro de entornos educativos que hagan un uso innovador de la
tecnología (UNESCO, 2004, pp. 37-38).
o El docente es parte importante en
la calidad educativa, por lo tanto su formación, desempeño e inciden en el
desarrollo y la formación ciudadana. Esta debe ser continua a lo largo de toda
la vida profesional.
o La formación docente en TIC debe
ser un proceso permanente de adquisición como lo recomienda la UNESCO y de
desarrollo de conocimientos y habilidades, pero también de nuevas actitudes
ante una educación más flexible y abierta, indispensable para que los
estudiantes de hoy se interesen por analizar y comprender su realidad y puedan
satisfacer sus necesidades formativas de manera más acorde con su estructura
cognitiva. En medio de esto, hay que considerar sus propios límites,
perspectivas y visión de cambio y prepara a los docentes en no solo como usarlo
sino ver cuánto influyen el aprendizaje.
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